Qué es la diarrea
La diarrea es un trastorno de la defecación que se manifiesta con la emisión rápida y frecuente de heces mayormente líquidas. Para poder hablar de diarrea deben cumplirse las dos condiciones siguientes:
- al menos 3 evacuaciones al día;
- alteraciones en la cantidad o calidad de las evacuaciones con heces poco formadas (líquidas o semilíquidas).
En situaciones normales, el contenido de agua en las heces es de unos 100 ml/día. Si el contenido de agua es superior a 200 ml/día y está asociado a 3 o más descargas diarias, se puede hablar de diarrea. En muchos casos, la diarrea también se asocia al tenesmo rectal, es decir, la necesidad frecuente de evacuar incluso en ausencia de heces.
Al igual que el estreñimiento, la diarrea no es una patología real, sino un síntoma de disfunción intestinal común a diversas enfermedades o a diferentes condiciones no patológicas.
Muchas personas subestiman la diarrea como un trastorno trivial, relacionado con el estrés, la alimentación o los cambios climáticos. Sin embargo, la diarrea suele ser una respuesta defensiva del cuerpo para eliminar microorganismos patógenos o toxinas. Por lo tanto, es desaconsejable el uso de medicamentos antidiarreicos antes de descubrir las causas del trastorno.
Dependiendo de la duración y la frecuencia del trastorno, se puede distinguir entre diarrea aguda, diarrea crónica y diarrea recurrente:
- Diarrea aguda: dura menos de 2 semanas y a menudo se resuelve espontáneamente sin necesidad de un tratamiento específico. La diarrea aguda es muy frecuente entre la población y en muchos casos es de origen viral. Sin embargo, en caso de deshidratación, fiebre o taquicardia, se debe consultar al médico lo antes posible.
- Diarrea crónica: una diarrea persistente que dura más de 2-3 semanas puede indicar un problema más serio y llevar a una deshidratación grave. El cuerpo también sufre cambios electrolíticos que pueden causar presión baja, acidosis metabólica, taquicardia y entumecimiento. La diarrea crónica puede llegar a ser peligrosa especialmente para niños, ancianos y personas debilitadas. En caso de deshidratación grave, la diarrea prolongada puede requerir hospitalización.
- Diarrea recurrente: trastorno cíclico y con episodios diarreicos próximos entre sí. Si la diarrea se produce periódicamente es aconsejable consultar al médico.
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Síntomas de la diarrea
Además de la emisión frecuente de heces poco formadas, dependiendo de su gravedad y de la causa, la diarrea puede asociarse a los siguientes síntomas:
- calambres
- hinchazón abdominal
- dolor abdominal
- náuseas
- urgencia defecatoria
- fiebre
- trazas de sangre y/o moco en las heces
En presencia de síntomas como fiebre, sangre en las heces o dolor abdominal intenso, es importante consultar al médico lo antes posible.
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Causas de la diarrea
Las causas que pueden provocar diarrea son muchas y variadas. Las causas más comunes de diarrea son:
- Infecciones: las infecciones bacterianas y virales pueden provocar la aparición de diarrea. En verano es más frecuente la diarrea causada por infecciones bacterianas, mientras que en invierno las formas virales son más comunes. El agua y los alimentos contaminados por bacterias como la salmonela y el Campylobacter pueden causar diarrea. Mientras que la diarrea causada por infecciones virales es causada por varios virus, incluyendo el rotavirus, virus de Norwalk, Citomegalovirus.
- Parásitos: algunos parásitos pueden entrar en el organismo a través de la ingesta de agua y alimentos y causar diarrea. Entre estos parásitos se encuentran la Entamoeba histolytica y la Giardia lamblia.
- Causas psicológicas: el estrés, la ansiedad y las fuertes tensiones pueden desencadenar episodios de diarrea, que suelen resolverse espontáneamente.
- Inflamación intestinal: algunas enfermedades inflamatorias intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
- Trastornos del intestino: el síndrome de colon irritable.
- Medicamentos: tomar ciertas categorías de medicamentos como laxantes, AINE, antibióticos y quimioterapia.
- Alimentos: intolerancias y alergias a determinados alimentos, como edulcorantes artificiales y lactosa.
- Lesiones anatómicas e intervenciones quirúrgicas: lesiones anatómicas, especialmente tras operaciones como bypass intestinales, o cirugías como la extirpación de la vesícula.
- Causas endocrinas: trastornos endocrinos como hipertiroidismo y diabetes.
- Neoplasias: carcinomas intestinales y linfomas.
Las formas agudas de diarrea suelen causarse por infecciones bacterianas, virales o parásitos. Por el contrario, la diarrea crónica suele relacionarse con trastornos funcionales o inflamación del intestino.
El diagnóstico de las causas subyacentes de la diarrea es esencial para identificar la terapia más indicada.
Por lo tanto, especialmente en presencia de diarrea crónica y recurrente, es necesario someterse a una visita proctológica.
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Diarrea y disentería: diferencias
Las palabras diarrea y disentería, a menudo utilizadas como sinónimos, en realidad indican dos trastornos diferentes.
La diarrea es un trastorno caracterizado por al menos tres evacuaciones diarias de heces líquidas o semilíquidas.
La disentería es una gastroenteritis de origen infeccioso que se manifiesta con diarrea y sangre en las heces visible a simple vista. En ausencia de sangre no se puede hablar de disentería. Además de diarrea y sangre o moco en las heces, la disentería puede asociarse con calambres estomacales, fiebre alta, náuseas o vómitos.
Algunos organismos internacionales, como el NHS inglés, han clasificado la disentería como una infección intestinal que causa diarrea con sangre o moco.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica entre las causas más frecuentes de disentería las infecciones por Shigella o Entamoeba histolytica:
- disentería bacilar, causada por una bacteria de la especie Shigella, más frecuente en zonas de clima templado;
- disentería amebiana, causada por la ameba Entamoeba histolytica, extendida principalmente en zonas tropicales y países exóticos. En este caso, la disentería suele afectar a quienes ingieren agua o alimentos contaminados.
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