Qué es la incontinencia fecal
El término incontinencia fecal indica la dificultad de controlar la salida de heces sólidas, heces líquidas o gases intestinales.
La incontinencia anal es un trastorno muy común, especialmente entre los adultos. Según los datos indicados en la literatura, el problema afecta a cerca del 2 % de los adultos en general y cerca del 7 % de los adultos sanos mayores de 65 años (Kamm MA., Fecal Incontinence, BMJ 1998 Feb 14; 316 [7130]: 528-32).
Sin embargo, los que la padecen a menudo ocultan el problema y ni siquiera hablan con su médico al respecto por vergüenza. Por esta razón, la difusión real del trastorno probablemente es mucho mayor.
La incontinencia fecal tiene efectos graves en la calidad de vida. Quienes la padecen tienden a limitar sus actividades fuera de casa y sus relaciones interpersonales, y a perder la autoestima y la confianza en sí mismas.
Por lo tanto, es importante superar la vergüenza y consultar al médico, que podrá recomendarle centros especializados para el tratamiento de esta enfermedad.
La visita proctológica es fundamental para un diagnóstico correcto, ya que las características y la frecuencia de las pérdidas identifican distintos niveles de gravedad de la enfermedad.
En primer lugar, es necesario distinguir entre incontinencia por urgencia o activa, incontinencia pasiva, incontinencia por esfuerzo e incontinencia obstructiva:
- Incontinencia por urgencia o activa: estímulo para defecar repentino e intenso, que a menudo no deja tiempo para llegar al baño. La incontinencia por urgencia está causada por la incapacidad para contraer adecuadamente los esfínteres cuando se percibe el paso de las heces. La incontinencia activa a menudo está causada por daños del esfínter anal externo (músculo voluntario).
- Incontinencia pasiva: dificultad para percibir el estímulo para defecar y la consiguiente pérdida de heces. A menudo el paciente solo nota las pérdidas fecales cuando entran en contacto con la piel alrededor del ano. La incontinencia pasiva suele estar causada por daños del esfínter anal interno (músculo involuntario).
- Incontinencia por esfuerzo: ocurre al estornudar, toser o al hacer un esfuerzo físico intenso. La incontinencia por esfuerzo se debe a un aumento brusco e intenso de la presión abdominal, que no va acompañado de una adecuada contrapresión anal.
- Incontinencia por regurgitación o obstructiva: incontinencia causada por una obstrucción del colon. La obstrucción se debe a heces bloqueadas que dificultan el paso de otro material fecal. Por eso, las heces solo pueden evacuarse en forma líquida, con pérdidas difíciles de controlar.
A continuación, hay que distinguir entre incontinencia fecal menor e incontinencia fecal mayor según las características, la consistencia y la frecuencia de las pérdidas fecales:
- Incontinencia fecal menor: se manifiesta como manchado fecal (soiling) y pérdida de gases intestinales. Según la Sociedad Italiana de Cirugía Colorrectal, el término soiling identifica pérdidas no advertidas o incontrolables de pequeñas cantidades de moco, heces u otras secreciones anales o perianales.
La incontinencia fecal menor, a menudo subestimada, puede causar problemas de higiene como picor, dermatitis e infecciones del aparato urinario y genital. La incontinencia fecal menor también puede ser la primera etapa de formas más graves de incontinencia. - Incontinencia fecal mayor: se manifiesta con pérdidas consistentes de heces líquidas y sólidas. La incontinencia fecal mayor se asocia a un estadio más avanzado de la enfermedad.
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Incontinencia fecal: síntomas
Los diferentes tipos de incontinencia fecal se asocian con distintos síntomas.
Solo una evaluación precisa de los síntomas por parte del especialista durante la visita proctológica permite identificar el tipo de incontinencia y el tratamiento más indicado.
Los síntomas más comunes de incontinencia fecal son:
- pérdida involuntaria de heces sólidas, heces líquidas, moco y gases intestinales;
- falta de percepción del estímulo para evacuar o percepción del estímulo para evacuar con incapacidad para retener las heces o gases y posponer la evacuación;
- hinchazón abdominal.
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Incontinencia fecal: causas
La continencia de las heces es el resultado de una compleja sinergia entre diferentes factores e implica:
- músculo del esfínter anal interno: músculo liso que se relaja involuntariamente cuando siente la presión de heces o gases en la ampolla rectal;
- músculo del esfínter anal externo: músculo estriado que se relaja por un estímulo voluntario cuando estamos listos para evacuar heces o gases;
- músculo elevador del ano: sostiene la actividad de los esfínteres anales;
- musculatura del suelo pélvico: soporta la actividad de los esfínteres anales;
- canal anorrectal: zona con numerosas terminaciones nerviosas que ayudan a percibir el estímulo fecal y a controlar la salida de heces y gases;
- consistencia de las heces;
- funciones neurológicas;
- hemorroides: contribuyen a la continencia, en particular de heces líquidas y gases. Cuando se dilatan, las hemorroides facilitan el cierre del ano y, por lo tanto, la capacidad de retener las heces. Por otro lado, el flujo de sangre dentro de estas y la consiguiente reducción de su volumen, facilita la evacuación de las heces al exterior.
Las enfermedades o lesiones que alteran el funcionamiento de uno o más de estos factores pueden provocar la aparición de incontinencia fecal. De hecho, entre las causas más frecuentes de incontinencia fecal se encuentran:
- debilidad o lesiones de los esfínteres
- lesión de los nervios de la zona anorrectal
- pérdida de elasticidad del recto
- disfunciones del suelo pélvico
- enfermedades neurológicas y trastornos cognitivos
- patología hemorroidal
- prolapso rectal
- estreñimiento o diarrea
- edad avanzada
La incontinencia fecal afecta tanto a hombres como a mujeres. En ambos sexos, la edad avanzada provoca el debilitamiento y la pérdida de elasticidad de las estructuras anatómicas implicadas en el mecanismo de continencia.
En mujeres jóvenes, una de las causas más frecuentes de incontinencia fecal se debe a lesiones obstétricas o cambios en el suelo pélvico después del parto.
En hombres jóvenes, la incontinencia fecal puede ocurrir tras intervenciones quirúrgicas en la zona anorrectal.
Debido a la multiplicidad y complejidad de las posibles causas, la visita especializada se asocia a menudo a exámenes instrumentales como la manometría anorrectal.
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Incontinencia fecal: complicaciones
A los síntomas más frecuentes e invalidantes se asocian algunas complicaciones que agravan el malestar del paciente:
- complicaciones psicológicas, como ansiedad, estrés y depresión. Quienes sufren de incontinencia suelen vivir con miedo a pérdidas involuntarias en las situaciones menos indicadas, como una reunión de trabajo o en momentos de intimidad con su pareja;
- dermatitis e irritaciones cutáneas;
- llagas por decúbito: la maceración de la piel alrededor del ano y las llagas por decúbito son algunas de las posibles complicaciones de los casos más graves de incontinencia fecal;
- infecciones del aparato urinario;
- picor y ardor anal y genital.
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