Visita proctológica: en qué consiste y por qué es importante - THDLAB - ES

  • Visita proctológica: por qué es importante
  • Visita proctológica: preparación
  • Visita proctológica: en qué consiste

Visita proctológica: por qué es importante

La visita proctológica es fundamental en presencia de síntomas relacionados con problemas intestinales.

Muchas personas se asustan con solo pensar en una visita al proctólogo y tienden a posponerla. Vergüenza, miedo y desinformación pueden hacer que se descuiden los síntomas de patologías a veces muy graves. Además, las enfermedades fácilmente tratables pueden empeorar y volverse crónicas si no se tratan.

Por lo tanto, quien padece trastornos proctológicos debe consultar a un especialista lo antes posible.

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Visita proctológica: preparación

La preparación para la visita proctológica es muy simple.

El examen proctológico consiste en la inspección del canal anorrectal, que debe estar lo más limpio posible. Por eso, se puede pedir al paciente que se someta a un enema el día antes del examen y unas 2 horas antes de la visita.

El enema elimina los residuos fecales del canal anorrectal y permite verlo correctamente. Los enemas se venden en viales listos para el uso en todas las farmacias o parafarmacias.

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Visita proctológica: en qué consiste

La visita proctológica permite diagnosticar diversos trastornos de la zona anorrectal.

La visita se divide en varias fases y no es dolorosa. Cuanto más relajado esté el paciente, menos molestias sentirá. Si el paciente está relajado, también será más fácil para el médico inspeccionar la zona y hacer un diagnóstico preciso.

En caso de problemas que puedan dificultar la continuación, por ejemplo en presencia de fisura aguda y dolorosa, el médico solo podrá realizar algunas fases de la visita. La exploración rectal se puede realizar en una fecha posterior, una vez que los síntomas se hayan resuelto.

Por lo tanto, invitamos a afrontar la visita al proctólogo con calma y sin miedo.

En concreto, las 5 fases de la visita proctológica son:

  1. HISTORIAL: antes de iniciar la vista en sí, el médico realiza el historial médico con una entrevista en profundidad con el paciente.
    Durante esta fase, el especialista pregunta al paciente:
    • la descripción de los síntomas y los trastornos que padece;
    • cuándo aparecieron los síntomas y con qué frecuencia se producen;
    • posibles factores hereditarios para problemas anorrectales;
    • información sobre posibles terapias o intervenciones quirúrgicas previas para su problema.
  2. OBSERVACIÓN: el especialista observa la zona perianal para identificar cualquier problema visible externamente.
    El especialista pide al paciente que se tumbe en la camilla, normalmente en la llamada posición de Sims. La posición de Sims consiste en que el paciente se gire sobre su lado izquierdo, doble las piernas sobre el abdomen y lleve los glúteos al borde de la camilla.
    El médico realiza una primera inspección no invasiva e identifica los problemas visibles en la piel externa. Tras la fase de observación y en función de los síntomas del paciente, el especialista evalúa si es posible proceder con las fases siguientes.
  3. PALPACIÓN: el especialista coloca un dedo sobre la zona perianal para comprobar su consistencia al tacto e identificar cualquier anomalía.
    Durante la observación y la palpación, el médico puede detectar problemas, como fisuras y hemorroides inflamadas, que pueden dificultar la continuación de la visita. En estos casos, el especialista suspenderá la inspección y la pospondrá para una etapa posterior.
  4. EXPLORACIÓN RECTAL: en esta fase, el médico introduce suavemente un dedo bien lubricado en el orificio anal. De este modo puede evaluar mejor cualquier patología y la capacidad de contraer y relajar los músculos del esfínter. Para ello, el médico puede pedir al paciente que contraiga la zona anorrectal como si estuviera evacuando.
    En caso de síntomas relacionados con problemas de los esfínteres, el especialista puede requerir otras pruebas, como manometría anorrectal y ecografía transanal.
  5. RECTOSCOPIA Y ANOSCOPIA: la última fase de la visita puede consistir en la inspección del canal anorrectal con la ayuda de un anoscopio y un rectoscopio.
    Con estos instrumentos, el proctólogo puede inspeccionar el canal anal (anoscopia) y la parte baja del recto (rectoscopia). En esta fase, el especialista también puede realizar biopsias o pequeños tratamientos ambulatorios.
    Gracias a la anoscopia es posible comprobar la presencia de hemorroides internas y el estadio de la enfermedad. La rectoscopia permite comprobar la presencia de tumores del recto inferior.
    Para el diagnóstico de lesiones precancerosas del ano y de la parte inferior del recto también se dispone de un examen llamado Anoscopia de Alta Resolución (HRA). Este examen permite ver con precisión las lesiones y realizar posibles biopsias.
    Para obtener más información sobre la HRA y sobre Rectoscopia y Anoscopia tradicionales, haga clic aquí.
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