Diarrea: diagnóstico
En caso de diarrea, en primer lugar hay que encontrar la causa subyacente del problema. De hecho, enmarcar con precisión la causa del trastorno es el primer paso para establecer un tratamiento adecuado.
Si la diarrea es especialmente intensa o prolongada, es fundamental consultar a un médico proctólogo. Durante la visita el especialista podrá hacer un diagnóstico o prescribir exámenes adicionales.
La fase inicial del proceso de diagnóstico es la anamnesis o historial clínico. El médico recopilará información sobre la frecuencia de las evacuaciones, consistencia y volumen de las heces, duración del problema y cualquier síntoma relacionado.
Posteriormente, el especialista podrá realizar una anoscopia y una exploración rectal, y podrá palpar el abdomen para comprobar la presencia de posibles masas anormales.
El médico también podría prescribir pruebas de laboratorio, como:
- búsqueda de sangre oculta en las heces
- análisis de sangre específicos
- examen de heces
En caso de síntomas crónicos o factores hereditarios para ciertas patologías, también podrían requerirse exámenes adicionales, como colonoscopia o exámenes radiológicos.
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Diarrea: alimentación y prevención
En ausencia de enfermedades específicas, es posible prevenir los episodios de diarrea siguiendo ciertas precauciones y buenos hábitos alimentarios.
Además, incluso en presencia de diarrea relacionada con patologías bien definidas, a veces los mismos hábitos y precauciones pueden ayudar a reducir los síntomas.
Sin embargo, en otros casos, dependiendo de la causa, el especialista indicará la dieta y los hábitos higiénico-conductuales que deberán adoptarse.
En particular, si la diarrea está causada por enfermedades intestinales específicas (p. ej., enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa), el médico proporcionará información sobre la dieta o nos remitirá a un nutricionista.
En caso de diarrea de origen infeccioso, es esencial seguir las normas de higiene para la seguridad alimentaria e ingerir únicamente alimentos y bebidas de origen determinado y controlado, especialmente en países exóticos.
En caso de diarrea causada por fármacos, alimentos o bebidas poco tolerados, bastará con excluir de la dieta los productos responsables del problema y, en caso de fármacos, evaluar con el médico las alternativas disponibles.
Diarrea: qué comer
Entre los alimentos y bebidas que pueden causar diarrea con mayor frecuencia en determinadas condiciones y que, por lo tanto, deben evitarse, encontramos:
- café
- alcohol y, en particular, cerveza
- bebidas frías o heladas
- zumos de fruta y bebidas muy azucaradas
- leche y lácteos (p. ej., mozzarella, requesón)
- alimentos con propiedades laxantes naturales (p. ej., kiwis, legumbres, cereales integrales, ciruelas, frutos secos, cerveza, semillas oleaginosas, regaliz, higos)
- alimentos muy grasos y pesados de digerir (p. ej., embutidos, quesos grasos, postres cremosos, etc.)
- alimentos y bebidas dietéticos con edulcorantes artificiales (p. ej., aspartamo)
- condimentos excesivos
- alimentos fritos o guisados
Por el contrario, para contener los síntomas asociados con la diarrea, son preferibles:
- alimentos y bebidas astringentes (p. ej., limón, plátanos, patatas hervidas, arroz hervido, manzanas)
- carne sin grasa (p. ej., pollo, pavo, conejo)
- pescado sin grasa (p. ej., dorada, lubina, bacalao)
- quesos sin grasa y muy curados (p. ej., parmesano)
Estilo de vida
Entre las situaciones y estilos de vida que pueden causar la aparición de diarrea esporádica o crónica encontramos:
- tensión emocional y estrés
- mala higiene al conservar, manipular y preparar alimentos y bebidas
- golpes de frío y cambios repentinos de temperatura
- comidas demasiado abundantes y consumidas rápidamente
Por lo tanto, para reducir el riesgo de diarrea es aconsejable seguir un estilo de vida equilibrado, prestando atención a la dieta y a la conservación y preparación de los alimentos.
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Complicaciones de la diarrea
Es fundamental no ignorar o descuidar el trastorno, especialmente si es persistente. De hecho, la diarrea podría ocultar problemas más serios.
Además, incluso cuando la diarrea no está asociada a enfermedades más graves, puede seguir planteando riesgos para nuestra salud, especialmente si se prolonga en el tiempo.
- Deshidratación y pérdida de sales minerales
El mayor riesgo asociado con la diarrea es probablemente la deshidratación: el cuerpo pierde en poco tiempo muchos líquidos y sales minerales valiosos para su buen funcionamiento. La deshidratación es especialmente peligrosa en ancianos y niños. - Reducida absorción de alimentos y nutrientes
Las frecuentes descargas de diarrea reducen la absorción de los nutrientes de los alimentos ingeridos. En los casos más graves, esto puede dar lugar a un cuadro de malnutrición por malabsorción. - Infecciones de la zona perianal
En caso de diarrea, es esencial cuidar la higiene de la zona perianal con productos específicos. La higiene íntima adecuada ayuda a prevenir la aparición de infecciones e inflamaciones locales. - Trastornos psicológicos y limitación de las actividades sociales
La diarrea puede crear trastornos psicológicos en quienes la padecen, limitando las actividades cotidianas y la vida de pareja.
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Diarrea: fármacos
El uso de fármacos o suplementos para tratar la diarrea depende de las características de la enfermedad. A menudo, los tipos de diarrea que requieren medicación son los asociados con una infección intestinal causada por bacterias o parásitos.
En estos casos, existen diversos fármacos y suplementos útiles para combatir el problema:
- antibióticos específicos para combatir la infección bacteriana
- carbón vegetal para facilitar la absorción del exceso de líquidos
- antiprotozoarios para combatir las infecciones por protozoos
- fermentos lácticos y probióticos para reconstituir la flora bacteriana intestinal
- espasmolíticos para reducir los espasmos
Es importante que el uso de fármacos y suplementos sea siempre evaluado de antemano por el especialista o por el médico.
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Diarrea: remedios y terapias médicas
Los remedios y las terapias médicas para el tratamiento de la diarrea están normalmente destinados a tratar la enfermedad subyacente y, por lo tanto, son muy diferentes entre sí.
La diarrea crónica puede estar causada por enfermedades inflamatorias intestinales, como la rectocolitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, por tumores, diverticulitis, síndrome de colon irritable u otras enfermedades que requieren tratamientos específicos. Por lo tanto, la evaluación del médico es necesaria antes de iniciar cualquier terapia.
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